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jueves, 6 de diciembre de 2018

Trabajo Final Periodismo

EL MUNDO DE LA MODA Y LA CONTAMINACIÓN


Este blog consiste en que se hace con la ropa que no se vende de las tiendas donde se utilizan diversas plataformas digitales, para exponer, dar a entender y observar con casos reales de manera más concreta y eficaz. De acuerdo con un texto publicado en Fashion Revolution, alrededor de 100 mil millones de prendas se fabrican anualmente, pero de esa cantidad grosera, un 10% (10 millones, otra cantidad tampoco muy alentadora) se convierten en “material sin procesar”. “Sorprendentemente, el 75% de las compras de ropa ahora se hacen a precios reducidos. Esto es el inicio de un camino donde los precios cada vez más bajos atraen a los consumidores que procuran precios bajos”
 En la siguiente presentación nos podemos dar cuenta de la comparación de precios y calidad de las diferentes tiendas de “fast fashion”.


 
Socios comerciales que reetiquetan los productos y los llevan a mercados menos competitivos. “Por ejemplo, las marcas europeas miran a Australia para vender este tipo de ‘material muerto’. El mercado secundario para la ropa y los textiles es orquestado por ‘jobbers’.
 Un reportaje publicado en el diario español El Mundo, informa que uno de los destinos de la ropa de Zara son las tiendas outlet que la firma gestiona en España (Zara Reduced). Ahí “se venden restos de serie, prototipos, artículos de temporadas anteriores y prendas con taras (defectos)”. En esos expendios, el precio de partida “suele ser el de la prenda en rebajas (un 30% menos que el original), aunque en tiempos de destockaje —que coincide con las épocas de rebajas—, el descuento llega al 80%”. En el caso de Inditex, la ropa que no se vende ni en los outlets, va a dar a un programa de familias y amigos de los trabajadores o a tiendas mayoristas en Marruecos. Sin embargo, la que ya está muy deteriorada por tanto trajín, acaba desechándose. 

 Las marcas del grupo gallego llegan al final de la temporada con una cantidad muy pequeña de prendas en stock. “Esto es consecuencia de nuestro modelo de negocio, basado en tiradas cortas de cada uno de los miles de modelos que cada cadena pone a la venta. No obstante, la política de sostenibilidad de Inditex establece diversas directrices sobre el uso y el fin de vida del producto. Cree que la mejor manera de reutilizar una prenda o desecho textil es lo que modifica el producto lo menos posible”, explica el departamento de comunicación. Como parte de esta política, el grupo mantiene el proyecto for&from, “que tiene como objetivo integrar a las personas con discapacidad mediante la creación de una red de once tiendas, en colaboración con entidades sociales, donde nuestros clientes pueden comprar artículos de prendas de temporada anterior a precios competitivos”, añade la compañía. Además, cada año, dona productos no vendidos a una serie de iniciativas sociales. En 2015, último año del que tienen datos cerrados, se donaron más de un millón de prendas a este tipo de proyectos en colaboración con organizaciones sociales.


   

 La semana pasada la marca Burberry reconoció que en los últimos cinco años había destruido los productos que se habían quedado sin vender para evitar tener que rebajarlo de precio y que se devaluara su marca. Las cadenas de moda siempre han aprovechado las rebajas para dar salida a este excedente, pero ¿qué ocurre cuando ni aún así consiguen dar salida a las prendas de esa temporada? "En rebajas se procura dar salida a todo el stock porque la moda es perecedera. Lo que está en tendencia una temporada a la siguiente ya no tiene demanda. Por eso al final del periodo de rebajas vemos grandes liquidaciones y precios muy bajos", señala Fátima Hernández, vicepresidenta del Triángulo de la Moda. "Se intenta por todos los medios darle salida, aunque sea a costa de bajar los márgenes, con promociones, descuentos especiales...", coinciden desde la Confederación Española de Comercio (CEC). Hernández apunta que a veces "da la sensación de que los comerciantes juegan con unos márgenes muy altos, pero si lo analizamos vemos que no es así. 

En rebajas hay productos que al final de la temporada se han vendido por debajo de su costo".

 https://soundcloud.com/emprendeaprendiendo/el-hombre-que-invento-la-moda-rapida-caso-zara 

 El sector del lujo funciona de otra manera: en general hace muy pocas rebajas y, según explican fuentes del sector, cuando tienen excedentes algunas firmas prefieren destruirlo a mal venderlo, porque "lo último que quieren es dar una imagen de marca de descuento". Es el caso de Burberry, que ha reconocido que prefirió quemar su excedente a rebajar el precio y permitir que se devaluase la imagen de lujo y exclusividad que proyecta. Algunas del sector del lujo sacan una colección con pocos modelos y confeccionan sólo bajo pedido. Estas fuentes apuntan también que empresas como Louis Vuitton destruyeron su excedente no vendido para evitar que se devaluara su marca. Francia tiene pensado sacar una ley que prohíba a las marcas destruir sus saldos. En este país se desecharon unas 600.000 toneladas de prendas y accesorios el año pasado. ¿Por qué contamina tanto el fast fashion? Hacer una prenda de vestir requiere sembrar algodón para producirla, procesarla y mezclarla con otras fibras, como el plástico para hacer tela; estampar y teñir, confeccionar y luego distribuir las prendas ya listas a tiendas en todo el mundo. Semejante negocio de escala mundial requiere mucho dinero para andar, y es por ello que el fast fashion reduce costos como puede: en la mano de obra, en materiales baratos y en incentivar un consumo exagerado por parte de los compradores. Por ejemplo, para hacerse una idea de las cantidades monumentales de recursos naturales que demanda esta industria, la cantidad de agua que se tomaría un ser humano en diez años, unos 10.000 litros de agua, son lo que se gasta para producir un kilo de algodón. ¿Y cuántas prendas pueden confeccionarse con esa cantidad de tela? un único par de blue jeans. Producir una camiseta de algodón, por ejemplo, requiere 2.700 litros –lo que una personas consumiría en dos años y medio–, según datos de la Unece. Por si fuera poco, los enormes campos de algodón que se riegan con esta agua están inundados con pesticidas e insecticidas: cada año, esta industria se chupa el 11% de los pesticidas y el 24% de los insecticidas a nivel global. La producción de textiles gasta aún más agua, y además requiere la quema de petróleo para producir ciertas fibras plásticas que van intercaladas con el algodón, lo que abarata costos. De acuerdo con la Fundación Ellen McArthur, cada año las fibras plásticas necesarias para producir la ropa terminan en el océano en una cantidad equivalente a 50.000 millones de botellas de gaseosa.

Como en casi todo lo que tiene que ver con las industrias actuales, la regla es producir mucho, rápido y barato, con el fin de que las utilidades aumenten mes con mes, por lo que las grandes empresa aprovechan los vacíos legales em materia laboral y ambiental que operan en países tercermundistas para reducir al máximo los precios y así, conseguir vender la ropa a precios ridículamente bajos. Las organizaciones se aprovechan de la necesidad de los países de tener inversión extrajera, lo que conlleva a la debilitación de los sindicatos y creación de leyes que favorecen al inversionista extranjero en vez de los trabajadores, lo que se conoce como outsourcing.

De acuerdo con recientes datos, la industria textil es la segunda más contaminante, provoca al menos un 20 por ciento de la contaminación acuífera. El daño inicia desde el momento en que elabora la prenda y continua cada vez que se lava en casa. De acuerdo con Greenpeace se encontró residuos hormonales y químicos cancerígenos en ropa hecha por 20 marcas reconocidas como Armani, Benetton, Calvin Klein, Diesel, Esprit, Gap, Levi Strauss & Co., Victoria?s Secret y Zara. Los productores saben bien que nadie invertirá en ropa que sólo se usará por un máximo de 6 meses, por lo que toda la producción debe estar hecha con materiales de baja calidad y que aún así los precios sigan bajos pero con ganancias grandes. Cada vez que vestimos de Zara o Forever 21 lo más seguro es que, sin saberlo, entremos en constante contacto con pequeñas dosis de químicos nocivos.




Conclusión:
Y apara concluir en el tema de la moda y la contaminación , yo creo que tenemos que empezar a hacer conciencia del daño que conlleva todo el mundo del fast fashion y la obsesión por estar al día en la moda , tenemos que darnos cuenta el grado que contamina al medio ambiente toda la elaboración y lo que pasa con la ropa que ya no se vende , es por eso que hay que unirnos a las diferentes tipos de campañas que hay para que esto no se expanda y no haga mas daño al medio ambiente.

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